Si has leído Todos los Días ya sabes que la vela de la portada juega un papel trascendental en la historia, mi consejo es que leas este beso al terminar el capítulo donde aparece la vela por primera vez. Te recuerdo que esta escena no aparece en la novela, es un beso inédito.
<<Amelia se ha quedado dormida a mi lado. Ha insistido en soltarme, en aflojar las cintas que me ataban a la cama, a pesar de que yo le he dicho que no hacía falta. Respiro despacio, tal vez así consiga aminorar los latidos de mi corazón. Ella mueve la mano que tiene encima de mi torso y con los dedos roza una de las quemaduras. Dios, cierro los ojos y aprieto la mandíbula para contener un gemido.
-Daniel -susurra.
-¿Sí? -Aflojo los dedos de la mano derecha y le acaricio el pelo.
-¿Estás bien?
Tengo la respuesta en los labios pero los cierro antes de que se escape. ¿Estoy bien? ¿”Bien” basta para definir lo que siento ahora? ¿Cómo es posible que haya aguantado tantos años, toda la vida, sin esta sensación, sin Amelia? ¿Qué pasará si Amelia no quiere, o no puede? hacerme sentir así otra vez?
-¿Te duele la pierna? -me pregunta ella al ver que sigo en silencio.
-No, estoy bien -contesto con la voz ronca tras humedecerme los labios.
Amelia se mueve despacio y se incorpora con cuidado encima de mi torso para mirarme. La habitación sigue a oscuras pero entra un poco de luz por la ventana y puedo verle los ojos. Los tiene brillantes, llenos de la misma emoción que yo sin duda estoy sintiendo. Y me sonríe.
-Bésame -me pide.
-Oblígame.>>