Nunca es suficiente

Nunca es suficiente

Cuando Marina y Rafferty aparecieron en mi primer boceto de Noventa días supe que iban a ser importantes, lo supe porque tanto ella como él desprendían una gran capacidad de amar y de ser amados, por eso, y solo por eso llegó James. Nunca es suficiente no es la historia de un trío sexual, ni tampoco la historia de una pareja que requiere de un tercero para jugar en la cama. Nunca es suficiente es la historia de un gran amor, tan grande, tan apasionado, tan sensual, tan erótico que para vivirlo hacen falta tres personas… Y esta es una escena inédita que no encontrarás en la novela y que te regalo aquí para que empieces a enamorarte de Marina, Raff y James y les quieras tanto como yo.

«La habitación del hotel es preciosa, desde la ventana puedo ver las copas más altas de los robles de Hyde Park bañados por la tenue luz de las estrellas y frente al sofá que domina el pequeño salón que precede la cama hay una chimenea donde bailan unas llamas lentamente. Estoy sola, la nota que acompañaba el ramo de rosas blancas que he recibido esta mañana está ahora arrugada entre los dedos de mi mano derecha. La he leído tantas veces que temo que las letras vayan a desaparecer por arte de magia. Hotel Claridge’s, habitación 56, hoy a las seis. Y la firma, dos iniciales, R J.

He intentado averiguar de qué se trataba, hoy no es nuestro aniversario y no celebramos nada, lo sé, es a mí a quién se le da bien recordar esta clase de cosas. He mandado un mensaje a James y otro a Rafferty preguntándoles si sucedía algo y los dos me han contestado lo mismo y casi en el mismo instante. Tú asegúrate de estar en esa habitación a las seis. Te quiero.

Parecerá absurdo, lo es, sin duda, me he puesto tan nerviosa que apenas sé qué he hecho durante el resto del día. No he podido dejar de pensar en ello, el temor se ha apoderado de mí y he empezado a pensar en los motivos por los que íbamos a vernos en el Claridge’s y no en casa. No va bien, vamos a romper. Lo nuestro se ha acabado… pero si acaba de empezar. Amelia se ha percatado de mi lamentable estado y me ha preguntado qué me pasaba, he sido incapaz de contárselo. Ella está por fin feliz y tranquila y no quiero cargarla con mis problemas después de lo mucho que ha sufrido. Amelia me ha abrazado, no la he engañado, y me ha sugerido, ordenado es más exacto, que me fuese a casa y hablase con el causante de mis preocupaciones.

-La vida es demasiado hermosa para malgastarla en malentendidos -me ha dicho al despedirme-.Ve y arréglalo, Marina.

Le he sonreído, qué otra cosa iba a hacer, y he venido hasta aquí. Hasta esta habitación de hotel. Primero he esperado vestida pero al final he optado por darme un baño y ver si así me tranquilizaba un poco. Ha servido, hasta que al salir me he acercado al armario y he visto allí unas camisas blancas colgadas y una bolsa de cuero marrón en el suelo.

Es la bolsa de Raff. Se va. Me deja.

Me he puesto a llorar. No puede ser. No puede hacerme esto ahora. He respirado hondo, el aire ha entrado con dificultad en mis pulmones y me he levantado del suelo donde sin ser consciente me he arrodillado. Estoy frente la ventana, sujetando la camisa en mis manos, incapaz de mirar hacia la puerta y enfrentarme al final de este sueño. Oigo unos pasos en el pasillo, se me eriza la piel al oír el susurro del picaporte. Una risa ronca me calienta la sangre, otra me acelera el corazón.

No puede ser el final. No puede serlo.

Me giro y me quedo sin aliento.

-Marina, cariño, ¿qué sucede? –James se acerca a mí de inmediato y me abraza-. Dios mío, está temblando, ¿qué pasa?

-No quiero que esto acabe.

James me abraza más fuerte.

-No va a acabar nunca –afirma rotundo dándome un beso en el pelo, en lo alto de la cabeza.

La puerta se cierra, un ruido sordo me sorprende y al levantar la cabeza veo a Rafferty mirándonos fijamente. El casco de su moto ha caído al suelo y yace inerte junto a él. No puedo mirarle, escondo el rostro en el torso de James y noto que una lágrima me resbala por la mejilla.

-¿Marina? ¿Qué sucede? –Suena confuso, él no debería estarlo-. James, dime qué sucede –le exige al hombre que evita que me derrumbe.

-No lo sé –responde-. Ayúdame.

Raff se acerca e intenta abrazarme pero le detengo.

-No me toques –farfullo.

-¿Qué? ¿Por qué?

Aparto de nuevo el rostro del pecho de James y les miro a ambos.

-Si vas a dejarme, no vuelvas a tocarme.

-Yo no voy a dejarte nunca, Marina. NUNCA.

Se acerca a mí decidido y sin hacer caso de mi previa advertencia me sujeta el rostro con las manos y me besa desesperado. Yo clavo las uñas en el torso de James que sigue abrazándome por la cintura y dejo que Rafferty me bese de esa manera tan posesiva. Su sabor me tranquiliza, notar su aliento mezclándose con el mío me hace temblar.

-¿Por qué dices que voy a dejarte? –me pregunta dolido al separarse-. ¿No sabes que no puedo vivir sin ti?

-Hay ropa tuya en el armario –lo señalo con la barbilla- y tú… tú… tú.

-Yo os hice mucho daño –termina la frase resignado-. Lo sé, Marina, créeme. No voy a volver a hacéroslo. Te necesito para vivir, te necesito para amar, no puedo ni quiero estar sin ti. ¿Me crees?

-¿Por qué me has pedido que viniese aquí?

-Te le hemos pedido los dos, ¿recuerdas? –me susurra con una sonrisa.

Desvío la mirada hacia James y veo que tiene los ojos fijos en nosotros y que el torso le sube y baja despacio. Él siempre ha sido el más valiente de nosotros, tal vez por su pasado, y verle así me duele porque James se merece ser amado apasionadamente.

-Creo que no vas a dejarme pero…

Rafferty no me deja terminar.

-A James tampoco, no lo digas. No lo pienses. Le amo con todas mis fuerzas, sin él, no existiría. Y lo sabes. Los dos lo sabéis.

Rafferty me suelta entonces el rostro y gira despacio hacia James. Observo asombrada que a James le tiembla un músculo en la mandíbula, que le cuesta tragar saliva. Ese hombre tan fuerte puede con todo excepto con el cariño y esas muestras tan espontáneas y tan románticas de Rafferty le destrozan.

-Te amo, James –pronuncia Raff con reverencia antes de pegar sus labios muy despacio en los de James. James tarda un instante en separarlos y cuando lo hace el suspiro que sale de ellos me eriza la piel. Es hermoso y sincero. James flexiona los dedos que tiene en mi cintura y le acaricio el torso para calmar los latidos de su corazón mientras Raff le besa y le besa y no se aparta hasta convencernos a los tres que su amor no tiene límites ni impone ninguna condición.

-Yo también te amo, Raff –susurra James-, y tú, Marina, lo eres todo para mí.

Me acerca a él y me besa con la misma ternura y pasión que antes ha compartido con Raff, no existen diferencias, solo un amor que nos rodea y posee a los tres, que nos ha dado forma y tras mucho dolor nos ha convertido en lo que somos.

El beso sigue, noto las manos de Raff a mi espalda y en mi nuca, acariciándome el pelo. El albornoz con el que me he envuelto al salir de la ducha se afloja y una mano acaricia mi piel.

-Un momento –interrumpo ese beso porque necesito saber la verdad-, ¿por qué me habéis citado aquí? ¿Por qué no estamos los tres en casa?

James que está frente a mí me sonríe y levanta una ceja, deduzco que ese gesto va dirigido a Raff que está a mi espalda.

-Queremos pedirte algo –contesta Raff mordiéndome el cuello.

-No tienes por qué hacerlo –añade James besándome la clavícula.

Yo susurro sus nombres y cierro los ojos.

-James tiene que ir a Japón –sigue Raff desnudándome.

-Puedo ir solo –es James, justo antes de pegarse a mí y acariciarme.

-Tú no vas solo a ninguna parte –le recuerda Raff apartándome el pelo para darme besos en la columna vertebral.

-Vosotros dos podéis quedaros aquí y…

-Disculpa un momento, cielo. –Raff se aparta de mí, me abriga con el albornoz y me da un suave beso en los labios antes de acercarse a James y sujetarle por el cuello de la camisa para besarlo apasionadamente-. Tú no vas a ir solo a ninguna parte, James. Y mucho menos a resolver asuntos sobre tus padres.

Abro los ojos al escuchar esa última parte, los padres de James murieron trágicamente hace muchos años, es un tema muy doloroso y traumático para él. Por supuesto que no va a ir solo. Mis pies reaccionan antes que yo y camino hasta ellos para coger a James del cuello y besarlo con todas mis fuerzas.

-No vas a ir solo a ninguna parte, James.

-Pero, pero… -balbucea unos segundos-. Es a Japón, y tú y Rafferty tenéis trabajo y –traga saliva- puede ser peligroso.

Rafferty suelta la camisa de James para rodearnos a los dos por la cintura, desliza la mano derecha por la de James y la izquierda por la mía. Los tres estamos unidos. Siempre.

-Si tú vas a Japón, nosotros vamos contigo, James. Basta de hacer las cosas solo, ¿entendido? Os amo.

James carraspea, intenta disimularlo y no lo consigue, y sonríe levemente. Agacha la cabeza para darme un beso y sin decir nada se aparta y le da otro a Rafferty.

-Gracias –susurra al final.

-Dámelas de otra forma –bromea Rafferty con la voz ronca teñida de deseo.

James se ríe, era lo que Rafferty quería, y se aparta para empezar a desnudarse. Mientras, yo me giro hacia Raff y me pongo de puntillas para darle un beso lento y profundo en los labios.

-Lo has hecho muy bien, Rafferty. Gracias por cuidar de los tres.

Raff no me contesta, me besa y me levanta en brazos para llevarme a la cama.

No va a dejarnos.

Los tres seguiremos luchando por nuestro amor.»

Nunca es suficiente

Nunca es suficiente

 

Deseo de corazón que te haya gustado leer este pequeño regalo con Marina, Raff y James de protagonistas y que te enamores de Nunca es  suficienteYo ya estoy escribiendo mi próxima novela y muchas escenas más con las que sorprenderte, conquistarte y apasionarte.

Sigue leyéndome…

Miranda Cailey Andrews

 

 

 

 

 

 

 

Standard

3 thoughts on “Nunca es suficiente

  1. Rebeca says:

    Estoy sorprendida, nunca había leído algo así, esto es nuevo para mi, me gusto, espero leerlo con ansias, Muchas Gracias por compartir esto. 🙂

  2. Brenda says:

    Ay Dios Mío! Nunca me atrajeron las historias sobre tríos de amor, es decir triángulos en los que al final la relación termina en una pareja, eso lo entiendo; pero lo que nos estás mostrando en el fragmento es completamente diferente ! Es hermoso! Creo que en verdad estamos en una campo completamente desconocido, supongo y la verdad es que no puedo esperar a tener este libro , sencillamente me muero de curiosidad!

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s